Teófanes el
griego
(Invierno de 1401)
Cuando
pinto nunca contemplo los modelos existentes:
dirijo la
mirada hacia dentro, hacia donde los ojos interiores
buscan la
belleza espiritual.
A lo que no
se puede contar ni pesar ni medir
yo le
otorgo número, peso y medida.
Cuando
pinto apenas considero los preceptos técnicos:
en un mismo
trazo mi mano encuentra la estabilidad
y el
movimiento.
Porque lo
sé:
de lo más
simple surge la armonía y lo bello.
El ícono
debe emitir una luz suave, crepuscular.
© Diego Roel
Gracias por este poema y sus pinturas posibles,
ResponderEliminarcariños,
Catalina Boccardo
Tu magnífica palabra roza la belleza espiritual, vibrante, exacta. Saludo desde Córdoba Alfredo Lemon
ResponderEliminarDe lo mas simple surge la armonía y lo bello !parece tan fácil y es tan dificil ! Gracias . tinA
ResponderEliminarBelleza espiritual, donde los ojos interiores.Precioso.
ResponderEliminarGRacias
Claudia