Ella aún te
mira.
Como
chocolate tibio
le corría
el rojo
entre los
labios.
Le era
difícil no levantar la vista
Le era
difícil no fallar
en la
sagrada tarea de tus hijos y tus errores.
Y no quería
no quería
fallarte.
Y te
abrazaba rota
y se sentía
lo juro menos rota que vos
Y no sabía
porque
merecía morir.
Ni cuando
fuera ley
Ni cuando
en penumbras
la mirabas
sollozante
cuchillo en
mano
y
chupándote el dedo
le preguntabas:
¿Qué te pasó mami que no tenés pito?
¿Mami cuando te rompieron?
¿Mami cuando te condenaron?
Lejos un perro
triste
Lame
Un absurdo
botón de pánico.
© Dardo Passadore
Intenso y doloroso tu poema. Lloro
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