a mi nieta Ema
atardece y
es
azaroso el
momento
hay en la
sala
un ser
alado y luminoso
hay
cierta
similitud
entre el
río y la lluvia
y se amasa
la luz en esa niña
que ahora
canta en la casa
y amaestra
estrellas y palomas
como si
ella misma
fuera
una maga
casada con
la tarde
ella riega
de brillo
lo que toca
y es una
revelación
un límpido
destello
jubiloso y
feroz
atardece y
la niña ríe
(ahí donde
el alado
la protege)
no dejaré
de decir
que ella
ríe y canta
no dejará
ella de amaestrar
lo que
queda pendiente
entre sus manos
© Ana Guillot
TU POESÍA ES TAN SINGULAR QUERIDA ANA GUILLOT.
ResponderEliminarMe fascinas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Qué hermoso poema Ana. Marta Guzmán
ResponderEliminarQué Hermoso poema Ana. Marta Guzmán
ResponderEliminarAna querida bello poema, intimista, la niña es la maga, o la magia es el poema? ..."No dejará ella de amaestrar/ lo que queda pendiente/ entre sus manos".. Destaco estos versos. Excelente.
ResponderEliminarVilma Sastre
Hola Gustavo, no sé si salió el comentario a Ana donde decía de su poesía delicada y fuerte a la vez. Abrazo a ella y a vos.
ResponderEliminar".no dejaré....no dejará..." bellisimo poema.
ResponderEliminarHermoso poema, profundo, abierto a múltiples interpretaciones, embellecido con un ritmo que queda hondamente en el corazón y la mente del lector. Gracias. Un besito. Adriana "Dirbi" Maggio
ResponderEliminarMuy tierno poema. Lograste capturar ese momento de magia en simultaneidad, ella con su canto y sus manos, y vos con tu observación sensible para transmitirlo. Abrazo
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