USARÉ LAS
PALABRAS
Mi mamá
nunca lo ha dicho
Pero yo
tengo mis sospechas
Así
que para presentarme a secas
Usaré las
palabras de las cosas
Que a mi
madre le dieron de comer
Por
ejemplo:
Los hilos,
el dedal
Los
alfileres y las agujas de coser
Mi madre
nunca ha sido mujer
De
delantales ni alfombras
Pero creo
que a mí me hizo
Del mismo
modo y forma
Que los
pantalones de gabardina rota
Que le
remendó al vecino ayer
Aunque en
vez de hacerme bolsillos
Me embonó
la tristeza en la mirada
Y la bondad
y la alegría
En un
rinconcito de mi válvula mitral
Las manos
me las tejió con tal ternura
Que ahora
éstas sólo sirven
Para cosas
tan crudas y ordinarias
Como
escribir poemas, y dibujar fonemas en la piel
Y en la
conciencia me puso un daltónico alfiler
Para que
las indulgencias no me fueran necesarias
Por eso
siempre mi voz se presta
Para bien achacarle la culpa al poderoso y al poder
Quizás los
pies me los hizo con un poquito de
ceguera
Y dejó que
torcidos fueran al yacer
Por eso tal
vez mis huellas que de tan nuevas
Parecen que
por viejas heridas van a desfallecer
La voz y
las palabras me las entregó
Un día que
no había luz
Por eso
siempre hablo como si llevara
Una cruz
muy cruzada en la garganta
Y el
rostro, las vértebras y las hazañas
Me las hizo
con puntada recta
De zigzag y
de revés
Con las
agujas de las lentejuelas sordas
Y los hilos
que estaban ya vencidos
– De tanto
perder –
Pues nunca
aprendí a disimular mis inquietudes
Ni mis
negociaciones frente a las exigencias
Tampoco las solicitudes de mi sien entreverada
Mucho menos
supe coser con agujas
Ni cocinar
el guiso para diez
Mi madre
que nunca ha sido
Mujer de
delantales y alfombras
Tiene
mágicas sombras y secretos
Y a veces
hasta yo sospecho
De su
máquina de coser.
© Amalia Clausts
Un lindo tributo
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