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4/4/21

Poema de Marta Zabaleta

                 


                        Tumba simbólica de César y otros. Cementerio de Tomé, 2004.


Debajo la Cordillera 

 

                            a Gladys Ilarregui, por ayudarme a vivir      

  

Y no había en su espacio una palabra. La tiza roja

embadurnaba el piso desde el alba.

La risa temblorosa de la sombra dormía.

 

El hastío acechaba esa noche a porfía. Linda

la mar arisca. Negro su reposar sombrío.

Y había una casa, y la mató ese viento.

 

Y había estudiantes, y los mató el sediento.

Sembrados yacen bajo un cartel con nombres.

Asfixiados de sangre y de esperanzas.

 

Y había sonrisas florecidas en los gritos de miedo y en las celdas,

aunque el sol las cubría, todo era negro.

Como la enfermiza voz del carcelero.

 

Había montañas, fundos, tomas, aulas, deseo

fábricas, banderas, canciones, marchas, risas

poemas trazados en mis entrañas.

 

Y huho muertos sin cara. Cientos de cuervos pavoneándose

como los pavos reales, con sus colas abiertas

chorreándoles sangre ajena.

 

Chile apegado como el musguito a la piedra

romperé su silencio con palabra nueva. Y habrá un día.

En los porfiados siglos, habrá un día.

 

© Marta Zabaleta (Poema y foto)  

7 comentarios:

  1. muchas gcacias, Gustavo, por publicar mi homenaje a algunos de mis ex estudiantes desaparecidos en su temprana edad.Abrazo

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  2. La memoria desde el corazón y las entrañas que incansablemente nos entrega Marta y que mantiene vivos a nuestros compañeros

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  3. Muchas gracias. Me haces entir menos afuerina; Soy santafesina.

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  4. Gracias, Silvina Vuckovic: aunque tengo 83 años, lo que vivi(mos) no lo olvido. Abrazos.

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  5. ¡Tremendo y bello poema! Duele y atrae. Me encantó el remate. Bravo!

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