Apariciones
Qué mueran
los dioses, pero no ese temblor de las hojas donde nacen.
Nicolás Gómez Dávila
Como signos
los dioses,
su voz sin
polvo en las palabras
su voluntad
que se vacía y reverbera sobre la vegetación
después de
la lluvia;
su ardor en
el corazón de mi perro que palpita;
en el
reverso de un derrumbe
que quiebra
la razón de lo dispuesto a caer.
Están los
dioses en las cosas más sencillas.
En la
tenacidad del sol
que
incendia la tarde y muere trágico
sobre la
carne y en los ojos.
En el
cuerpo que se hunde entre la hierba
agitada por
el viento que ondula;
en esa
limpia ceremonia
que es abrirse
el pecho y pasar
lenta la
lengua
hasta que
ese tentáculo prodigioso
de las
entrañas descosa la canción.
© Camila Charry Noriega
Muy bello, Camila!!
ResponderEliminarBesosss