MUJER CON
CANAS
llevaba
sobre sus hombros el agobio de siglos y el silencio del árbol
pero no
buscaba
esculpir un
cuerpo de guerrera de las causas profanas
tampoco la
atraía
el cirio
que chorrea ni el aura de lo sacro
su arte era
de harina de horno y trigo
de amasar
con paciencia respetando los tiempos de toda levadura
apartando
las manos solo para que no escape ese mechón rebelde del pañuelo
así logró
una dote de sabores en amores diversos y la sencilla gloria de regocijarse
con los
cabos resueltos
nadie
tendrá su nombre en la memoria ni su porte de hierro
no la ha
tocado dios con un despliegue de monedas
ni rezos
el pozo del
aljibe guarda las huellas de las uñas quebradas en cada ladrillo
mientras
alzaba el balde temblando en la polea
en su
historia de mujer de ojos verdes que trajina
solo queda el silencio
© Beatriz Puertas
Buenas imágenes Beatriz!!!
ResponderEliminarMi querida Beatriz siempre nos lleva a los rincones, la leemos y creemos escuchar su suave voz, la que sabe de historias y a veces saca los recuerdos.
ResponderEliminarGracias.
Maria Gabriela Micolaucich
Hermoso!!
ResponderEliminarBellísimo Betsy
ResponderEliminarMuy bello
ResponderEliminar...su arte era de harina de horno y trigo...
ResponderEliminarBello poema, intenso! Felicitaciones, Beatriz!
Patricia Alonso.
qué imágenes Beatriz!! poemazo
ResponderEliminarUna voz musical y terrenal.
ResponderEliminarBellísimo poema. Me atrapó desde la primera línea. Las imágenes, la musicalidad, la honestidad en el rescate del personaje. Gracias por este poema.
ResponderEliminarBeatriz, tu voz habla por los que no tienen voz, pero que guardan en su callada sabiduría "el silencio del árbol". Hay un respeto y un reconocimiento del saber del que no busca destacarse sino servir. Las obras quedaron en "las huellas de las uñas quebradas en cada ladrillo", un pequeño rastro de quien tanto dio.
ResponderEliminarExcelente
Irene Marks
Tus silencios hablan.
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