24/4/21

Poema de Ana Lafferranderie

 


Todo convive  aquí

la  quietud   receptiva  de  una  silla,

la  grieta  del primer escalón

la trampa  de  contar  los  minutos,

cada mañana  de  ir y venir

un  gesto  que  es el  mismo y  no parece

esa  ventana  que  se  empieza a entornar.

El poema de  Strand,

las  palabras  que  cambian  el rumbo  de  una  idea,

esta  confianza  que  no  sé  retener.

Cada  pregunta  que  no  develaría

el  motivo  de  estar,

eso que insiste,   flota  comprimido

la  esquina  donde  se  agolpa el mundo

se agolpa  hasta caer.

Y el deseo,  ese otro yo  que expande  sus  sentidos

hace  de  mí  esta  nuca  que gira,

una  energía  tibia  que  me  ablanda

y  la señal  de  alerta  que  frenaba

tu  cuerpo  sumergido,

el  modo  íntimo que se vuelve altavoz.

Ahora  esta  leyenda,

esa  memoria  de  parir  sin  cuerpo.

Un  foco blanco  sobre  todas  las  cosas,

el  duelo  de  aceptar  tu  forma,

cualquier  influjo de  próximas palabras,

la  mirada

que  vuelve  sobre  el tiempo,

el  tiempo  que  no  es.


© Ana Lafferranderie


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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Profundo, muy bueno. Gracias! Alfredo Lemon

24 de abril de 2021, 20:18  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Una mirada atenta.

24 de abril de 2021, 22:31  
Anonymous susana szwarc ha dicho...

Ana, hermoso poema y sí, haceros recordar/saber que en cada esquina se agolpa el mundo, que cada palabra puede hacernos cambiar toda idea.
Un abrazo grande!!

24 de abril de 2021, 23:35  

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