El día se aclara
a la hora de los gorriones
y son heraldos de la risa
en la cruz del otoño.
No habrá mesa de pascua.
Solo las mariposas llevarán el presagio
repartido en el aire celeste de las lilas.
Hora tras hora la voz de las abejas
hace coro en la piel terciopelo de la rosa.
Un ligero temblor en la tarde
recorre el asombro de la noche.
Pienso en los dioses cotidianos
en cada una de todas mis ternuras.
Cómo será morir de pie y sin un grito
nombrándolos.
© Marta Elena Guzmán
"Sólo las mariposas llevarán el presagio" bello Poema.
ResponderEliminar"Sólo las mariposas llevarán el presagio" bello Poema.
ResponderEliminarHermoso. Es en esos dioses cotidianos que se cifan vida y muerte.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Belleza sutil, poesía depurada, conmueve. Gracias! Alfredo Lemon
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