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15/3/21

Poema de Inés Legarreta

 


 

He escrito varios poemas

ninguno llega a decir de mamá

la luz de una lámpara de acero con cuerpo de serpiente volcada directa

sobre la camisa o los ojales

la aguja y el hilo iban y venían

con firmeza mamá repasaba

esa es la palabra

los botones / el brillo de los cuellos / los puños:

la blancura era una de sus obsesiones

y la perfección de la caída

de un vestido tapado bata pañuelo de seda

siempre el perfume con ella

en el escote y en el pelo ondulado de joven

en los cajones de los placares y en cuanto importaba

simple y natural

su elegante indiferencia

a casi todo

a nosotros sus hijos

le costaba prestarnos atención

si no era para señalar una mancha o un deber

o ponernos en la fila de lo que había que corregir

sin embargo

no me ha dejado

más marcas que una madre amorosa

de ésas que hacen el pan con sus manos y te arropan todas las noches

cuántos hermosos poemas y versos

que me son ajenos (y les serán a mis hijos)

pero no me desvela

la idea

porque igualmente

siempre quedamos los hijos

haciendo cuentas y ensayos

preguntas

 

mamá era bella refinada estética

yo la mayor parte del tiempo no la vi.

 

© Inés Legarreta

4 comentarios:

  1. Entrañable poema que me recuerda a mi madre, en alguna medida, y me la desdibuja y dibuja nuevamente.

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  2. La marca de la madre que llevamos impresa en el alma. Muy bello. Un abarzo

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  3. Gracias por los comentarios! Si, la marca de la madre se lleva siempre y, como dice Olga Liliana, se dibuja y desdibuja. Abrazo, Inés.

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  4. El resto de la vida es reconstruir un recuerdo. Tu bien decir es poesía siempre querida Inés

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