XVIII
Los brazos
no alcanzan las ollas,
lo que no
sobra en otra mesa.
La
prosecución inocente del gemido
nos resigna
a la opresión.
Entramos a
esa categoría dogmática de huesos vacíos,
de asombro
que no reclama.
Creemos la
estafa de considerar al Padre una imagen,
que celebra
misa en el polo
mientras
las bocas vomitan lagartos en la calle...
¡y
callamos!
¿Cuántas
son las salidas si solo hay una entrada?
© Esther Pagano
La realidad que nos toca y sobre la que hacemos poco y nada, gracias por ponerlo en palabras querida Esther Pagano. Abrazo
ResponderEliminarFuerte poema! Bravo!!
ResponderEliminarMuy poema que golpea.
ResponderEliminarVomitar lagartos en la calle, huesos vacíos, me parecen imágenes muy logradas.
Ana Romano.
Fuerte intenso Bello!!imágenes tremendas!!!
ResponderEliminarExcelente poema, la falta de solidaridad. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Estoy muy agradecida por los comentarios♥️♥️♥️
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