¿Y si
Detrás de la víscera idiota -quirofánica,
Reventable como una pelota a su tiempo,
O mucho antes- no hubiera sino patéticos
Amontonados, febriles ante el color que
Enceguece, de una vidriera de shopping,
Anhelantes desde y para siempre heridos
De un arrabal sudaca y cósmico?
Otros pongan
Las servilletitas limpias.
Mi torpeza
Oficia el escándalo desacato
De tirar empedernidamente
Su vino en los manteles.
Predican
Del amor, por no nombrar
El incesante pavor ilimitado
Que recorre
De aquí hasta fondo
La voz que somos
Y que sabe
Su absurdo.
La libertad que alucinaba
Una venganza y pampas
Sentido el nudo nuevo
De la
fusta.
© Carlos Alberto Roldán
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