Pasa
caminando despacito
midiendo la
distancia entre un pie y el otro
va mirando
el piso
y se me
hace que ahí también lo busca.
Hasta hace
un mes nada más
pasaron por
años los dos juntos,
siempre
tomados del brazo
ella, una
ramificación de él
él, una extensión de su mujer.
De las
manos les crecían bolsas del súper
saludaban a
coro
pisando la
misma línea de baldosas.
Ahora ella
pasa lento,
como
midiendo la distancia entre un pie y el otro
como
midiendo el tiempo
que no pasa
nunca, ese ingrato,
y es un
lamento que anda,
su sombra sola
en la vereda.
© Stella Marys Darraidou
H e r m o s o
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ResponderEliminarUh, me emocionó, tal vez porque son cosas que se viven en carne propia, con gente querida, con los propios padres o uno se imagina cuando le pase a uno. Hermoso!
Lily Chavez
La vida y su legado que se cumple. Cuanto sentimiento.
ResponderEliminarBella historia que todos pasaremos...
ResponderEliminarTan real, Stella, es así, y emociona tu poema. Abrazo!
ResponderEliminarGracias a todos por leer y por sus comentarios generosos.
ResponderEliminarHermosa foto para acompañar Gustavo.
Stella Marys
Hermosura
ResponderEliminarEs la vida que alcanza a l visión de un poeta, la mirada puesta en el otro, en su devenir, en su estado.
ResponderEliminarHermoso!
Profundo.
ResponderEliminarBella manera de contar lo terrible
muy bien descrito, muy afortunado en la percepción del duelo, y la magnitud del vacío entre los pasos de ella.
ResponderEliminarFelizmente logrado poema.
gracias,
Walter Mondragón
¡Muchas gracias a todos nuevamente!
ResponderEliminarStella Marys