Páginas

26/2/21

Poema de María Ángeles Pérez López

 


La mujer es un bello, implacable animal

que se pinta con nieve el corazón.

Una osezna que hiberna largamente

pero pare a sus crías en el frío,

un animal feroz, sobrepasado

por su propia pasión, temperatura

que derrite la escarcha y los desaires.

 

Mientras el oso duerme, merodea,

mastica con desgana los recuerdos

y rebaja su tasa metabólica,

ella desgasta el tiempo del glaciar

como hielo que vive su rotura,

su estallido feliz, cristalográfico

que le devuelve el modo más flexible

y líquido, también nombrado amor

o arroyo que le corre por las patas

y hace bajar al hijo, a los oseznos

hasta el suelo en que habrán de levantarse.

Entonces toma nieve y se calienta

el corazón blanquísimo y ardiendo

en su aterida cueva silenciosa.

 

A nada temerá, con sus dos manos

arranca sus criaturas, sus pesares,

baja vida caliente de sus ingles,

de sus huesos inmensos y esponjosos

que se abren con dolor mientras hiberna.

Las lágrimas de esfuerzo y de alegría

pintan de sal su pelo entumecido

y al caer sobre el hielo lo disuelven.

 

Con el perfecto blanco sobre blanco,

la floración arisca del invierno

reverdece al igual que la mujer.

 

© María Ángeles Pérez López

4 comentarios:

  1. que hermoso Maria Angeles encontrarte en el blog y tu excelente poema con un bello y sentido desarrollo y un excelente remate Felicitaciones un cariño

    ResponderEliminar
  2. Excelente poema María de los Ángeles!!! Hermosísimas imágenes comparativas ❤❤❤

    ResponderEliminar
  3. A pesar, o con el favor del frío...
    Magnifica visión de sentimiento y fuerza, de decisión y entrega.

    ResponderEliminar