Este mi pueblo
Este mi pueblo era un pequeño bosque
limitado por dos arroyos claros
donde las casas, cada tanto,
reflejaban el sol en sus techos de cinc
y de tejas coloradas.
Pero llegaron a él tantos habitantes
que cortaron sus árboles,
construyeron sus casas - conejeras
de tres o más pisos
y ensuciaron los arroyos.
Los antiguos pobladores
cargaron su tristeza al hombro
y armaron diminutos bosques
que llamaron jardines.
Allí tienen la música secreta
de los pájaros
que se prestan unos a otros.
Allí también recuperaron el silencio.
© Olga Edith Romero
Todo cambia, evoluciona. La esencia no se pierde nunca.
ResponderEliminarEl progreso cambia algunas cosas y otras se llevan dentro. Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarComparto tu pena por las fealdades que trae el progreso. Ya no existen en nuestra zona esos lindos arroyos como el que muestra la foto: los cementaron para evitar las inundaciones, por un lado está bien, por otro lado¡un asco!
ResponderEliminarMetáfora de honda vivencia. Bello poema!
ResponderEliminarExcelente. Una voz para defender a aquellos que no tienen voz.
ResponderEliminarHermoso poema querida Olguita.
ResponderEliminarAbrazo a tu alma poética.
Gracias por tus bellas letras siempre.