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9/1/21

Poema de Marta Elena Guzmán

 


 

Rescataré tu prudencia y tus señales

de esta montaña hecha de silencio.

Regresaré a la tarde azafranada

cuando tus manos

olían a pan tibio, madre

y fundábamos mandalas

de pura luz de infancia

bajo los cielos húmedos del patio.

No han de volver aquellos días

lloro en la certeza

de todos los designios.

Alcanzarán tal vez

un ramito de incienso

y algún amen tardío

a resguardar para siempre

esta tristeza.

Soy todavía aquella niña

que buscaba las huellas

de las liebres

sin saber que la palabra

sería la luna prometida.

Aún huelen las tardes

a pan tibio, madre.

 

© Marta Elena Guzmán

8 comentarios:

  1. Honras a tu madre con tu poesía. Besos

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  2. Dos condiciones entre otras,
    fundamentan a la buena poesía:
    Conmover y despertar nostalgia,
    en este poema ambas se expresan
    con generosidad.
    Felicitaciones. Elisa Dejistani

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  3. Bello poema con olor a pan tibio! Un abrazo Graciela Barbero

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  4. querida Marta Elena envio nuevamente bellisimo poema descriptivo ., con reflexiones sensibles, profundas , contenido y paisaje Felicitaciones y gracias un cariño

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