Capa
Barnizar la vida con un manto
que no penetre nada que la afee
que titilen petrificados en su mejor
momento
alucinación y deseo.
Buscamos que me nos exoticen,
belleza a disposición,
hombres, mujeres de extraños atavíos
que nos intuyan el espacio personal
para que todo el tiempo sea nuestro
sin rupturas del afecto
como quien criba arroz, como un mestizaje
como laca que se instalara en el presente.
Pero la identidad no es algo fijo,
es residuo de un reflejo.
Acaso esté en los animales
el único
registro puro
de amor.
© María Paula
Alzugaray
Un poema inteligente, si es que pudiéramos llamarlo así. Profundo, como el buen vino, hay que dejarlo reposar y volver a leer.
ResponderEliminarUn gran poema y esa reflexión final es un cierre perfecto
ResponderEliminarBesosss
Todo tiempo es un reflejo nuestro sin registro que pa colmo nos intuyen hasta identificarnos ...
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