Poema de Carolina Zamudio
El propio río
La niña entre juncos y camalotes
no sabe que es observada,
la luz sobre toda ella
nítida amplifica
anchura de parto.
En su centro el mundo
espolea en sus rayos
lo que espía la infancia,
un beso de largo aliento y retorno.
La niña de los camalotales
es árbol de agua,
espejos sus raíces,
todo un cosmos surge:
su mirada lo siembra.
La niña entre los juncos va sin lastre,
pisa fuerte, su magia lo muestra:
la libertad que le otorgan los colores
tiene un brillo antiguo
de muy sencillo linaje;
no lo sabe hoy —quizá nunca—
en ella el río
se arremolina,
renace.
© Carolina Zamudio
Etiquetas: Carolina Zamudio
4 comentarios:
Muy bello!
Besosss
Imagenes como de cuento, hay algo inocente y algo sensual que fascina ahí. Gracias.
Bellas y sensuales imágenes de flores y el río. Un abrazo Graciela Barbero
Magia de lo sencillo, fuerza de la naturaleza y la inocencia. Belleza radiante que se refleja en el lirismo de las imágenes.
Una joya de poema. Me encantó Irene Marks
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