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11/1/21

Poema de Carolina Zamudio

 


El propio río

 

La niña entre juncos y camalotes

no sabe que es observada,

la luz sobre toda ella

nítida amplifica

anchura de parto.

 

En su centro el mundo

espolea en sus rayos

lo que espía la infancia,

un beso de largo aliento y retorno.

 

La niña de los camalotales

es árbol de agua,

espejos sus raíces,

todo un cosmos surge:

su mirada lo siembra.

 

La niña entre los juncos va sin lastre,

pisa fuerte, su magia lo muestra:

la libertad que le otorgan los colores

tiene un brillo antiguo

de muy sencillo linaje;

no lo sabe hoy —quizá nunca—

en ella el río

se arremolina,

renace. 

 

© Carolina Zamudio

4 comentarios:

  1. Imagenes como de cuento, hay algo inocente y algo sensual que fascina ahí. Gracias.

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  2. Bellas y sensuales imágenes de flores y el río. Un abrazo Graciela Barbero

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  3. Magia de lo sencillo, fuerza de la naturaleza y la inocencia. Belleza radiante que se refleja en el lirismo de las imágenes.
    Una joya de poema. Me encantó Irene Marks

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