10/1/21

Poema de Ariel Ovando

 


 

De regreso al planeta de aguas

el pez por la boca no muere: canta,

 

y dice no recordar tantas muertes de perfil.

De regreso

los ojos se acostumbran rápido

al blando resplandor de un trópico,

si recorta en la memoria de maíz

una máscara kabuki

 

que empieza a girar

en la llovizna

 

      -y la línea de puntos que juega a esconderse

entre las escamas,

entre los pliegues retraídos de la piel

donde caerá

el filo de esas lenguas

 

embriagadas con la tierra-

 

¿una máscara japonesa en el vacío, en la lluvia?

Sí, y los cuerpos que no coincidieron

sobre el angosto trago de las islas

portan las sedas ominosas,

portan las máscaras de los demonios

para atravesar de incógnitos el bosque:

 

y para bailar, sí, para bailar

con otros enmascarados

sobre los débiles maderos

de la luz cómplice,

 

donde la finísimas gotas

detendrían la extenuación

de las floridas carnes

sobre la boca.

 

De regreso al planeta de las aguas,

el pez por la boca no muere: canta.

Se acostumbran las máscaras endemoniadas

a bailar sobre el círculo de hojas secas/

girando en el silencio/

tornando criaturas eternas

a esos leales danzantes.

 

© Ariel Ovando

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1 comentarios:

Blogger María del Carmen Vianna ha dicho...

Las criaturas siempre regresan.

11 de septiembre de 2021, 15:48  

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