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4/12/20

Poema de Estela Zanlungo

 


Cadalso

 

Con alegría entrego el diezmo y no

pregunto qué hay a cambio.

Voy a tu abrazo a celebrar

el brillo de la hoja que caerá donde deba,

su tajo imprescindible, su perfume a mejor.

 

Te he dado mi cosecha: ahí fue

la lengua del abuelo

su traza de inmigrante

el nombre del vecino y la sombra

del perro pegada a la pared.

 

Sé que no hay daño en la cosquilla

de un filo sobre un cuello:

es cortar por lo sano, y si rodara una cabeza

de hermano

que hubiera compartido

el olor de la sopa, si fuera necesario

hundir el instrumento como último recurso,

lo harías con cuidado, para no desgarrar

la carne si no es imprescindible.

 

Por el momento el trato es hasta aquí.

Me guardo los huesitos de mis hijos

como un as en la manga

por si no terminara de alcanzar

esta muestra de fe

para entrar en el reino.

 

© Estela Zanlungo

6 comentarios:

  1. ¡Guau, qué potente! Agradezco siempre la existencia de la poesía pero mucho más cuando se puede decir lo durísimo, lo tremendo a través de ella, como en este caso.

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  2. Tremendo lo contundente de tu poema Estela, con muy buen ritmo y descripción. Guardar un as en la manga para entrar al reino. Qué buena imagen! Aprovecho para felicitarte también por un texto que leí hace unos días a propósito de la muerte del 10. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon

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  3. Agradecida por esta publicación, Gus, pero sobre todo por el inmenso trabajo que llevás adelante al difundir poesía.

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  4. Siempre es intenso leer a Estela. Una voz poderosa.
    Gracias Gustavo, por traerla.

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  5. Fuerte voz poética, la de Estela. Un placer pasar y leer.

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  6. Noemí Correa Olivé16 de diciembre de 2020, 21:50

    Tremendo poema, querida Estela, inquietante, con la fuerza de tu inconfundible poesía y de las imágenes poderosas que creás! Felicitaciones!! Abrazo grande!!

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