Cenizas
Se acurruca en su sombra la tarde.
Abril se abre como un río manso
que corre entre riberas.
El viento silba madrigales inciertos.
Oro tras oro las hojas se transforman,
doradas esfinges en la tierra.
Armonía que desarma el otoño
con celeste paciencia.
Te busco a vos, el elegido,
imagen en medio de la niebla.
Te nombro sin nombrarte.
En tu ausencia está todo lo perdido.
Lo que un día tuve y ya no fue.
Lo que borró la lluvia.
Lo que ni siquiera llegó a ser ceniza.
© Beatriz Minichillo
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