En el cuerpo crecen raíces, algas, flores. “Vegetaciones”, dijo el especialista. De a poco, van cubriendo tu interior como sábanas sobre muebles en una casa vieja. La circulación de los líquidos ya no es tan rápida pero quedan los pasillos, los pequeños cajones, los recovecos y las escaleras en tu cuerpo de musgo. El cirujano, pálido entre la espuma de la anestesia, te abre y te da vuelta. Entonces podés comprobar de qué estás hecho.
© Verónica Pérez
Arango
ay,
ResponderEliminarmuy bueno,
Gracias!!!
ResponderEliminarMuy bueno! 👏👏👏
ResponderEliminarMuy buen texto. Marcelo Valenti, Rosario.
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