DICTADURAS
En mi cuarto describía bucólicos estados
Y, adolescente, soledades no deseadas.
Las noches transcurrían
como una curva eterna,
un salto al vacío
el peligro o el Edén.
Besos profundos han pasado
y lunas,
dictaduras.
Y hoy comprendo que lo único
que jamás se detiene
es la danza enloquecida de los átomos,
la azarosa química del cuerpo.
© Daniel Rafalovich
Bellísimo, lo conocía, felicitaciones, Daniel!!
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarMuchas gracias
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarMuy bello poema, Daniel
ResponderEliminarDaniel, un poema grande en su impulso, belleza y verdad. Isabel Llorca Bosco
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