MÍSERA OFRENDA
No le podemos pedir diez bolsas de pan a un
pastor
Ni un saco de lana a un panadero
Todo el mundo ofrece únicamente
Lo que tiene para dar
Y todo el mundo da
Lo que solamente posee para ofrecer
Por eso de vez en cuando
Me atrevo a hablar en voz baja
Sobre mis miserias y mis agonías
Y las ofrezco
Y las doy sin pleitesías
Y las brindo ante todos
Como una lagrima gruesa
Con rostro de poema y compasión
No tengo diez bolsas de pan
Ni a un pastor de amigo
Ni de amante a un panadero
Ni un saco de lana colgando en mi tendedero
Yo tengo únicamente mis tristezas
Y este mísero aguacero que empaña a mi
soledad
Dos pares de zapatos viejos
Y a un tétrico quejido atado en mí
palpitar.
© Amalia Clausts
Me conmovió este texto. Un beso. Adriana «Dirbi» Maggio
ResponderEliminarAh, qué hermosura, Amalia. Primera vez que te leo, qué gusto me da. Gracias y gracias, Gus, siempre
ResponderEliminarmuy buen poema Amalia , emotivo felicitaciones
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