13/10/20

Texto de Susana Rozas

 


Tejer

 

Tejía y cantaba.

Tejía los días como un decoupage cotidiano. Antes, releía a Bradbury asintiendo que venía de aquella familia.

Tejía lo que su ventana le contaba con un zureo  ronco y monocorde.

Era su lenguaje transmitir figuras, lo que sucedía en cada amanecer, lo que el sol sosegaba y daba. Cada tarde con otros colores, pintaba el ocaso hasta la reina luna.

Perros, gatos, niños, señores, mujeres, la ciudad estaba siendo focalizada entre las agujas.

Los  movimientos tenían valses y los pinos esperaban ser coloreados. Verdes, grises, azules, negros.

Pero una tarde, casi de otoño,  una voz pálida de hombre, les anunció a todos que se encierren, que ya no se vean, que estaban en peligro. Que era letal. Ordenó.

No supo tejer pandemia.

….

No cantó despedidas.

Se fueron terminando los ovillos, clavó las agujas en esta maceta. Se  envolvió en un manto  gris y se cruzó de brazos.

 

© Susana Rozas

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3 comentarios:

Blogger Esther Pagano Merkert ha dicho...

Muy bueno Susana!!!! Dulcemente terrible... me encantó

14 de octubre de 2020, 14:47  
Blogger bessi ha dicho...

Susana tu poema es conmovedor, la vida también es como un ovillo.

14 de octubre de 2020, 17:32  
Blogger Patricia Berho ha dicho...

Gracias Susana , ahí me encontré. Bello.

20 de octubre de 2020, 6:26  

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