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6/10/20

Poema de Ohuanta Salazar

 


 

DIMINUTIVOS II

 

Yo tenía 13 años, Normita 16 y me llamaba

“doñita” como a mi mamá aunque ella

también era madre.

Me contaba de cuando iba a la escuela

pero había tenido que dejar porque

el hijo del patrón la visitaba  y entonces

Normita se puso con la panza y su tata

la llevó con la abuela que era muy buena

porque no le pegaba.

Como esa vez que la maestra

mandó una nota y su mamá

que no sabía leer pero entendía

que era algo malo, la castigó con la ojota,

“changuita opa”.

Todo porque  Normita dijo

“Maestra tengo que í al baño” y se orinó.

La abuela le enseñó a hablar bien

“permisito pa’í al baño”

y por suerte Normita aprendió

a pedir chiquitito.

 

© Ohuanta Salazar

7 comentarios:

  1. como una flecha, en línea recta directo al corazón. susana zazzetti.

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  2. Tan sencillo en el decir, tan profundo que duele. Un abrazo Graciela Barbero

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  3. Tremendo. Y sin embargo lograste ponerle diminutivos al dolor.

    Gracias

    Claudia

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  4. Uff...la poesía cuando tiene verdad y se escribe desde ahí, conmueve,llega... grácias por este poema q me encantó, y eso que no soy amante de los diminutivos!!

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