5/10/20

Poema de Fabián O. Chazarreta

  


Para Ariel


Antes de quedar sin trabajo

fuimos remiseros, albañiles, bomberos, ferroviarios;

sempre obreros fuimos.

Pero al caer la noche siempre fuimos

lobizones. Siempre. Y comíamos

con una sonrisa afilada, con esas ganas

de abrirle al mundo la garganta.

Papá nos miraba. A veces tanto nos miraba,

que en sus ojos brillaba una gran bala de plata

en lugar de lunas o de estrellas.

Tengo ese recuerdo roto por el carraspeo

de un sifón que siempre me despierta

en un bar de Flores donde nos veo

con un currículum y un vino. Nuestras manos tiemblan

 como dos ramas. Cómo si algo

de ellas hubiera recién volado.

Algo que no podemos ver ni recordar;

pero que es tan bello

que ojalá que nunca te lo diga.

 

© Fabián O. Chazarreta

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3 comentarios:

Blogger bessi ha dicho...

la belleza sirmpre es inesperada, pero llega como en este poema en un bar de Flores

6 de octubre de 2020, 15:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Conmueve por su decir poético de lo cotidiano circundante. Comprometido. Todos tenemos un recuerdo roto. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

6 de octubre de 2020, 18:39  
Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

Bellísimo

24 de octubre de 2020, 15:56  

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