(…C'est la vie…)
Esa mañana ni sabía que al caer la noche
habría muerto.
Desayunó.
Trabajó.
Murió.
Esas tres cosas hizo ese lunes.
Desayunar. Trabajar. Morir.
No era el momento, pero lo fue.
Han pasado 10 años.
Parece ayer.
Hoy duele distinto.
La voracidad del espanto
ha dado lugar
a la planicie del vacío.
La ausencia instalada.
Ni media lágrima
A ese reino.
Salute pibe, c'est la vie.
© Carlos Salinas
Carlos Bienvenido a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Gustavo! muy agradecido!
ResponderEliminarBienvenido Carlos a este sitio generoso que dirije Gustavo Tisocco. Contundente y sugestivo tu poema. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarCertero, fuerte recordatorio: c'est la vie.
ResponderEliminarVerónica M Capellino
Bienvenido con este poema con fuerza que golpea.
ResponderEliminarAbrazo
Ana Romano.
Muchas muchas gracias!
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