ONÍRICO
Los relojes palidecen en la ciudad.
Los minutos, lágrimas de lo cotidiano,
duermen gota a gota en el fondo del sueño.
La multitud es un afiche desbocado
mientras en puntas de pie mi sombra
muerde retazos de urgencia
y me quedo sin aire para la batalla.
Sólo la piedad de la noche perdura.
Sólo el oficio de poeta me moldea
dejándome al descubierto
en el último intento.
© Teresa Vaccaro
Millón de gracias Gus!!!
ResponderEliminarMe impactó gratamente la imagen.
Esa mujer, esas flores, ese cielo y ese vidrio simple (reloj de arena) que contiene un sueño luminoso.
Fuiste un buscador de perlas. Yo no hubiera encontrado mejor imagen.
Abrazo.
Teresa Vaccaro
Buen e intrigante poema, Tere
ResponderEliminarMuy bonito Tere. FELICITACIONES!!
ResponderEliminarMuy bonito Tere. FELICITACIONES!!
ResponderEliminarMuy buen poema, trabajado, profundo y con palabras y pensamientos precisos! "Sólo la piedad de la noche perdura" Guauch! Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarHola Gus. ya les comenté y agradecí a Beatriz y a Alfredo. Puedo conocer quien escribe con Unknown porque no dejó firma. Gracias de todos modos.
ResponderEliminarExcelente, Tere!!
ResponderEliminarBesosss
Gracias Mónica!!! Besos.
ResponderEliminarMuy buen poema Teresa, un lenguaje onírico como el encabezado, bello. Marta Comelli
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