DIMINUTIVOS I
“Aceptamos mujeres en la Escuela técnica”
pero odiamos las lagrimitas, dijeron
los profes y entonces
me hablaron en diminutivo
con la misma fe que a un nene pequeño
abandonado en una fábrica de tijeras
filosas.
¿Sabe lo que es un listoncito?
Dijo el maestro de carpintería
Para usted, aquel tornito que es más fácil.
Mis compañeros,
hombrecitos en una fábrica de tijeras,
también aprendieron a mirarme en
diminutivo.
© Ohuanta Salazar
Muchas gracias, querido Gustavo Tisocco
ResponderEliminarMaravilla de Ohuanta
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarOhuanta querida: certero poema que habla de las exclusiones que tenemos que soportar. Excelente. Te quiero y te admiro.
ResponderEliminarMaju
Gracias Maju. Abrazo
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