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16/9/20

Poema de Camila Charry Noriega




Actos renovados

Se deshila el pellejo
se arranca y asoma
la carne que deslumbra los ojos.
Se sosiegan los nervios
se los hace cantar como a raíces
de un árbol enterrado en el cuerpo.

Los cuchillos se acomodan boca arriba
sus aristas recuerdan las costillas de un mal amor.
Luego se lame el filo
el pasmo
y sobreviene el crujido de la carne rasgada;
lo crudo que se olvida con la primera mutilación.

A los tenedores hay que agarrarlos por los picos.
Tres dientes
tres astillas afiladas que espantan a la presa
y viven famélicos,
plenos de hambre.

En la penumbra las cucharas eran
peces extraños de cola esbelta;
las vimos otras veces
encima de algún plato,
animales satisfechos en plena digestión.
Entonces era mejor no tocarles la panza de metal
pulida, como una bella retocada.
En su cóncavo estómago podía uno contemplarse:
un ojo alargado,
deformado por el metal que escarba el rostro.

Sencillo despojar del pellejo,
salvar la carne que late a la espera.

A veces había luz
porque el cuchillo cambiaba de lugar
y su destello cortaba la sombra.

No sabíamos mucho sobre objetos de cocina
apenas de las ollas y los platos,
de las tazas
donde el agua es oscura.

© Camila Charry Noriega

5 comentarios:

  1. Bienvenida Cami a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.

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  2. Bienvenida con un poema potente. Un abrazo Graciela Barbero

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  3. Bienvenida, Camila, inquietante poema q invita a la relectura. Felicitaciones!

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  4. Bienvenida Camila! Desde los utensillos cotidianos nos vas llevando a reflexionar poéticamente el mundo circundante. Muy logrado! Alfredo Lemon desde Córdoba

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