La Puerta
Esa, de madera deshilachada
y astillas de colores,
ésa, fue testigo
de soledades prometidas.
Esa, que mil veces,
dictaminó el llanto
al irse aquella madre
con olvido.
Esa que se cerraba
marcando traiciones
incomprensible para la niña,
ésa era la puerta del espanto!
Donde sangró la hortensia
del desamor planeado.
¡Esa era la puerta!
Por ella, cruzó la flecha
del abandono.
© Marta Rosa Brignolo
Tanto que se puede decir por medio de una puerta, tantos llantos, soledades, traiciones abandonos que pueden atravesar su umbral.Buen recurso este para expresar la interioridad del hablante lírico.
ResponderEliminarCariños
Juany Rojas
Excelente poema. Un decir doloroso.
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