MAR ADENTRO
el mar toda una vida a la intemperie
toda una vida el corazón cerrado
al no ser mar qué breve la mención de tu
nombre
yo que nunca lloré bajo una nube
ni recorrí las costas del espanto
te hago cárcel de mí labio a mi copa
en un mundo que goza desenterrando espadas
rodeándome de perros la memoria
el mar respira en vos y es como un rezo
como una crisis que jamás descansa
y no te haré saber qué interminable
qué árido terreno transita el que no duerme
el que profana tumbas buscando su cadáver
el que nada en las aguas del dolor y la
culpa
yo soy un rumbo aparte
el mar me condiciona a tu paisaje
y la noche me busca vivo o muerto.
© Guillermo Bianchi
El mar que siempre recomienza! Y su horizonte y su intemperie infinita! Cuántas distancias, ¿dentro de uno mismo? ¿frente a algún otro?. Muy bien escrito, con un final contundente. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMuy hermoso; Esas almas desoladas, cuanto sufren.
ResponderEliminarGracias Alfredo, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias María, un gran saludo
ResponderEliminarTiene un ritmo que envuelve como las olas de ese mar que es otro. Muy bello poema, Guillermo. Abrazo. Fabiana León
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