El amor tiene un tiempo al que mide con su propia vara.
Por eso hay amores eternos que duran diez minutos;
amores fugaces que nos acompañarán toda la vida;
amores que se cruzan en el camino cuando noviamos con la soledad,
y amores que nunca llegarán por más que esperemos.
Rara vez su ritmo concuerda con el nuestro,
las más de las veces nos conformamos con lo que nos da,
temerosos de pedirle lo que creemos que no nos pertenece.
© Rubén Derlis
Genial las imágenes y la descripción!
ResponderEliminarGracias por compartir.
Teresa Vaccaro.
Redondo
ResponderEliminarMuy buena observacion del amor.
ResponderEliminarSaludos
Patricia Corrales