Hueles a madreselvas
Intuyo
fue
la madreselva su flor preferida,
aroma dulce, fresco con ese casi imperceptible
filo anaranjado.
Sencillez y ensueño.
Trepadora
madre .
Salvaje y protectora
alucinación
selvática.
Porque
humilde eras
con piso de tierra y tazón de lata,
de sentires adolescentes guerrilla
Y prepararse para enfrentar el mundo
-el mundo feliz-
La mochila cargada de útiles y tareas
complejas.
Eras libros y tertulias
Salidas en bici – prestada- socorros
Pero
era otra cosa
mezquindades y luces bajas
bolsillos llenos y un mirar de soslayo
era alta media baja .
Ambiguo
dual
negro y blanco
¿negro y blanco?
Era colapso guerra y agujeros
Lindos y feos
Sanos y enfermos
La piedad en el fin fatal
El desprecio
Entonces
fuiste la caja de vino.
Y la inocencia persiste montada a una
bicicleta
y huele a madreselvas.
© Patricia Berho
Un broche de oro para un hermoso poema.
ResponderEliminarGracias, Paula de mirada profunda y tierna . Mi abrazo para vos desde Lobos a tus pagos .
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