El tren carguero
De vez en cuando nos topábamos
con algún carguero
y nos quedábamos largo rato
contando los vagones.
La cabeza se extraviaba imaginando
por qué lugares andarían
antes y después,
bajo qué soles,
por cuáles lluvias, con qué personas,
que tendrían qué historias
vaya a saber dónde.
Finalmente
perdíamos la cuenta de los vagones
y nos íbamos por ahí, pateando piedras,
hasta achicarse el horizonte.
© Norma Etcheverry
Tan inspiradores los trenes...Y cargados de misterio a los ojos infantiles. Me gustó volver a leerlo.
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