Irredentos
no preguntar cuándo termina
el cierzo blanco se apoza en
la brújula del tiempo
arrasa los tendones de la muerte
sin llegar nunca a la luz
afuera frío de gris o nieve
azulidad
que
incendia la pavura
hundirse
cabeza al cielo
-atrapados-
sin remedio
la tierra avanza
- lenguas de oro viejo-
sobre los campos del fuego
y no hay
no hay salida
© Mirta Venezia
categórico, sin vueltas, una bella manera de libertad, me encantó! susana zazzetti.
ResponderEliminarPoesía viva, múltiple, disponible! Aunque diga que no hay salida, está su propia luz... Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy bueno!!!. Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarabrazo a todos !!!
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