29/7/20

Poema de Marita Rodríguez-Cazaux





                           DESTIERRO DE LA ROSA                                                                                                      
Hay días en que la nostalgia me visita.
Deja, como al descuido, la puerta entornada
y se instala en la poltrona azul.
Siempre en mismo lugar, como si fuera
el único en la casa
donde pueda mejor caber la pena.

Me mira desde la orilla celeste de sus ojos
y toda su vida me confiesa.

El mar y el barco que de Ítaca se aleja,
en  un opaco silencio de sirenas.
Una piedra le atraviesa la garganta
y el pecho es una herida sin cerrar.
Sus dedos acarician las fotos color sepia,
borrosas sonrisas familiares,
la casa de piedra,
el huerto de olivas.

Ayer es nunca, sé que piensa
 bajo esa luz de perenne lozanía.

Mi madre sigue –aún muerta–
          reconciliando inútilmente la tragedia del adiós.

© Marita Rodríguez-Cazaux

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2 comentarios:

Blogger Lore ha dicho...

Siempre me conmueven tus Letras, querida Marita. Cariños!!

31 de julio de 2020, 17:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso poema en su nostalgia, Maria
Un abrazo
Patricia Corrales

7 de agosto de 2020, 16:24  

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