Hay que incendiar la poesía
y cantar luego
con las cenizas útiles.”
Jorge Boccanera
I
(el lenguaje de los restos)
Siempre es agua,
por
mucho que la luz se manche en los charcos,
la lluvia detenida bulle en renacuajos y el
día
es
el brillo en las botellas rotas.
Aquí
el concepto ensucia las manos.
Flores de nylon que el viento enredó en las
ramas,
pañales y forros,
envases,
diarios viejos.
Mientras la tierra retrocede,
crecen los márgenes.
Mi ciudad sólo recuerda en los escombros,
a pesar de libros y templos,
no aprendimos otro modo.
Aquí todo persiste
sin palabra o sedimento.
La imagen es el poema provisorio
y el orden el lenguaje de los restos.
La ciudad se estira hasta desbordarse,
el limite es el ritmo con que crece y
olvida la marea.
© Francisco Avendaño
Bienvenido Francisco a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.
ResponderEliminarBienvenido, querido poeta. Abrazo enorme.
ResponderEliminarBIENVENIDO!!!
ResponderEliminarFuertes metáforas urbanas que celebro. Y el poema las devuelve a la equilibrada luz de su epifanía, por encima del tiempo y sus desbordes. Gracias por las palabras.
ResponderEliminarDarío Oliva
¡Buen poema!...
ResponderEliminarBienvenido Francisto con este poema muy logrado.
ResponderEliminarAna Romano
Gracias! adelanteeeeeeeeeee
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios compañeros poetas. Un abrazo
ResponderEliminarBienvenido con este buen poema.
ResponderEliminarAna Romano.
Bienvenido Francisco.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Cristian Jesús Gentile