ESTÁS QUIETO y casi serio
sonriendo.
Observas los pedazos que dejo sobre la
mesa,
el abrigo,
la taza.
Trozos, tajos, aberturas,
desmadejamientos,
yo, la insensata,
adormilada –recalando mentalmente en tus
brazos-;
barco o sombra de barca en el agua que
deslumbra,
liviana,
cargada, cargada.
Llega un barquito cargado de tiempo,
trozos
tajos tientos temores
tucanes
trompas trampas
torpemente
insensata
gimiendo en la oscuridad del tiempo:
nada comprensible;
una atalaya para ver tus ojos;
y sentado,
quieto,
casi serio,
me observas;
danzo;
duplico entradas y salidas del
universo;
algunas puertas –compruebo- cerradas;
otras
y regreso
a ti
dulcísimo
sin acceso a este laberinto
donde cada galería
ostenta una lámpara.
© Eugenia Cabral
Muy bello poema con imágenes plásticas y sugerentes.
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