Poema de Aníbal De Grecia
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En el cuenco de sus ojos la calavera guarda
el secreto del haijin.
El profeta incorpóreo dice una palabra
inaudible y estalla una mente
con la revelación.
El huésped del templo ignora la profecía
El huésped es la profecía.
Dios es un momento a través de los ojos
cuando ya no hay nada que mirar.
Después de la contemplación mi cráneo
murmura gemidos ajenos
un cuadro guarda el sonido.
La calavera no existe si no la miran, cruje
fatigada en su vacío
el mundo la olvida sin pensar en su propia
calavera
donde la conciencia es una imagen que se
repite
camino a tientas adivinando siluetas
entre el humo que dejó la explosión.
El tiempo del santuario es el de las
imágenes que se graban en su
estructura, los golpes, los dolores, la
artritis que consume lo
material, los pasos que desde el primero,
pisaron con un propósito,
aún en su inconciencia.
En el templo descansa el huésped,
agazapado, tal vez acechando,
como un animal hambriento
en
su guarida
© Aníbal De Grecia
Etiquetas: Aníbal De Grecia
2 comentarios:
Excelente entrega! Con imágenes y sentencias contundentes, dictamina y sugiere! En el templo de la poesía estas palabras se nos revelan con la potencia y el fuego de una iluminación. Alfredo Lemon desde Córdoba
Gracias Alfredo. Un abrazo desde la Poesía
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