CARRUSEL
Mamá me ha
montado
en el
carrusel de la feria,
pero el
caballito que cabalgo
no se
mueve; los de los otros
niños sí.
Me dice
adiós oronda y lejana.
Se imagina
que hago peripecias,
que galopo
y subo hasta las nubes.
Ha comprado
dulce de algodón
y palomitas
de maíz
que me
guarda como trofeos.
Quiero
desmontarme,
salir
corriendo; pero no puedo.
Mamá me
hace seña para que siga galopando.
Me dan
ganas de llorar y no me atrevo.
La risa de
los niños
me aturde.
Los contemplo
lleno de
espanto desde mi caballito estacionario.
© José
Miguel de la Rosa
(6- 8-1955
– 23-11-2019)
Corazón 2
La puerta
cerrada,
muy en
contra de la voluntad,
de quien
con el cuerpo abierto y el espíritu libre,
esperó para
dar,
y recibió
con gusto la multiplicidad de los sentidos,
provoca un
lenguaje indescifrable,
un llorar
sin ruido,
un andar
hueco, que será llenado,
cuando el
poema que habita al otro lado,
se asuma,
aprenda y decida disfrutar,
todo lo que
vale en esta casa.
© Yrene Santos
Conmovedor tu homenaje Yrene bellísimo poema
ResponderEliminarBesos