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8/6/20

Verónica M. Capellino recuerda a José Pedroni



Ana, mujer de Nicolás, y el puñado de arroz

Llenas de arroz estaban
sus manos en el aire;
llenas de arroz, y pálidas,
sobre la olla grande.

Un viento, el de la pampa, que le grita:
- ¡Échalo todo, madre!
Y el contragrito del recuerdo: - ¡Espera,
que viene el hambre!

Ana paralizada junto al fuego:
Ana Géiser, sin sangre:
dos manos dolorosas que se queman
sobre la olla grande.

© José Pedroni




Marcha en La Moneda 

Un señor mayor reparte las pancartas.
Una señora mayor 
ligeramente velada
su voz de oboe:
los desaparecidos / ¡que digan dónde están!

Verano.
Hierven las calles
en torno a La Moneda.                                             

         A Vladimir Cerda, por su invitación a compartir la marcha.                      

                 
© Verónica M. Capellino

6 comentarios:

  1. Vero que bellos los poemas, hermanos en la injusticia.

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  2. Vero ,no callar , por eso también escribimos.Felicitaciones, Pedroni,resuena cálido y tan humano siempre y tu voz al son .Abrazo,poeta querida.

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  3. Gracias, Gustavo, por el poema que seleccionaste para estar cerca del de Pedroni: pueden dialogar de cosas que importan. Hermosa viene desplegándose la idea de traer voces que no tenemos que olvidar. Abrazo Verónica M. Capellino

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  4. Gracias Tina y Patri. Abrazo. Vero

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  5. La voz de Pedroni y la tuya codo a codo, ¿qué más? ¡Gracias, Vero!

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