MIRAR ASÍ
Es cuestión de horizonte. En la llanura,
o en las altas mesadas donde abre su
capullo la Rosa de los /Vientos,
se aprende a columbrar, a mirar lejos,
a hacer visera con la mano (alero
para sombrear los ojos),
y que así la mirada bandee los confines.
Esta forma de otear, esta manera
de interrogar a un lueñe país de
brillazones,
¿será un simple mirar en el espacio,
o a la vez en el tiempo? ¿quién se acerca,
quién llega desde el linde inalcanzable de
la tierra y el cielo,
qué parirá por fin el horizonte?
No dejes que te engañen ni bruma ni marea.
Sigue mirando hacia lo que vendrá.
© Edgar Morisoli
Sal de la casa
el agua tira de las puntas del mantel
caen los retratos con los cuadros
a los cuadros azules vuelven los botes
vacíos de rostros
sobre los blancos se apoya
la única posibilidad del flamenco
la foto aérea
el tumulto de patas
la mesa servida
en el cielo la historia se repite cada vez
que el ave lleva el peso
el hambre sigue un rastro de migas
de una orilla a la otra se desplaza
el alimento entre las plumas
la vida color de rosa
ese espejismo que nunca vuela
© Silvia Castro
Silvia toda la emoción en el recuerdo grande, de un gran poeta, y un poema supremo y dulce. Bello tu poema también ´´ese espejismo que nunca vuela´´, precioso. Marta Comelli
ResponderEliminarQué bueno los dos y más en este momento la noción de seguir mirando hacia lo que vendrá
ResponderEliminar¡Vaya! Ciertamente no, no esd para dejarse embaucar por la niebla o la marea... más allá del horizonte siempre hay algo promisorio. Hermoso canto a ese flamenco que jamás alzará vuelo.
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