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5/6/20

Sebastián Olaso recuerda a Julio Huasi



Golondrinas

tengo celos, envidia feroz de las golondrinas,
conocen esta américa mejor que uno y eso que uno
anduvo y desanduvo los llagales de su madre,
australes y boreales tañen el dulce cordaje
de trópicos, cuadrantes, los mil rumbos y tientos de la rosa
como si fuera un arpa familiar, las señoras músicas
siempre de gira ellas por flor en aire verde.
Cuéntenme algo de mis hermanos, cantoras mías,
mis mujeres, cuñados, cachorros, tata y mama,
cómo andan de salud, de amores, de balazos, por
aquí todo bien, ya regamos los sangrales este otoño,
y si ven a la que más añoro díganle que sin ella
toda primavera será bruma, pero como cosa suya,
cuando vuelvan por el sur no se olviden de sus ojos,
cuántas veces lo encargué y siempre se distraen
por tanto bosque y soles haciéndose el amor,
claro, y que a uno se lo coman los insomnios,
pucha que son largas las noches del virreino. Miren,
princesas, cómo tiemblan las brújulas locas de mi rebelión,
vienen volando densas bandadas de clavelaire
con sus largas alas, remos de ultracielo, no se hagan
de rogar, mis guitarristas, tóquense algo hermoso
y díganme suavecito cómo es la libertad 

© Julio Huasi (1935-1987)





Para llegar hasta el miedo es necesario hacer un largo viaje.
Es necesario salir del mundo para no entrar en ninguna casa,
en ningún jardín, en ninguna nube.
Es necesario hacer las valijas,
clausurar los relojes, cambiar el equilibrio.
Todos los caminos que llevan hacia el miedo
están plagados de ratas, de pozos, de piedras y de noche.
Todos los imanes, todos los zapatos
que roban la distancia entre la música y el miedo se resisten,
hacen temblar los polos, las uñas,
la piel y la madera de la piel,
los huesos y la madera de los huesos.
La carne y la maleza de la sangre.
Para llegar hasta el miedo es necesario abrazarse a la caída,
a las balas, al ritmo de un verso que no sabe qué decir.
Al ritmo de un corazón que late sin ofrendas.
Al ritmo de un pentagrama sin red.
Y no basta con un paso,
no basta con un pasaje, con un paisaje,
con un país, con un puerto.
Es necesario que todas las gotas estén deshabitadas,
que todas las células se enfrenten con el sueño,
repudien el sueño, desalojen el sueño.
No basta con cerrar los ojos:
la ceguera sin revés es necesaria.
El minuto sin marea es necesario.
El mareo sin vaivén, el golpe que atraviesa la mano.
Para llegar hasta el miedo
es necesario dejar que la traición,
el olvido y la miseria
echen raíces.
No hay excusas para el miedo.
Lo hemos elegido. Nos hemos entregado.

© Sebastián Olaso

10 comentarios:

  1. Efusivas felicitaciones para Sebastían: por su estupendo poema y por haber elegido al gran Julio Huasi. (Lástima que ya no tengo una casilla-e de él vigente, como para poder trasmitírselo también por mail.)

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    1. Muchas gracias, Rolando. Mi mail es olaso_sebastian@yahoo.com.ar. Un abrazo.

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  2. Poemas magníficos, enormes, potentes! De Julio Huasi no leí nada, de Sebastián Olaso sí. "Tiranía del desborde" de editorial Vinciguerra. Además recuerdo unos poemas publicados en "El infinito viajar" y lo que me gustó mucho fue cómo detallabas tu proceso de escritura, primordialmente a partir de confusiones. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  3. No me extraña la fuerza, la potencia de estos poetas. A Sebastían lo admiro profundamente y creo que Julio Huasi debería ser conocido por todos, y lamento, que no sea lo suficientemente difundido. Por eso tiene tanto valor la idea de Gustavo. Nuevamente gracias.

    Lily Chavez

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  4. Qué fuerte tu poema, Sebastián. Y gracias por traer a Huasi, que, como dijeron más arriba, no suele tener la circulación y la lectura que merece. Abrazo.

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  5. Ah! en medio de tantos libros y apuntes y fotocopias sueltas que tengo en mi biblioteca, aquí encontré otro libro de Sebastián Olaso "Contra Dios y Marea" (Vinciguerra 2016) que precisamente Lily Chávez me supo regalar cuando visité su programa radial "Luna de pájaros". Al finalizar el poema IX, pág. 21 dice: "la médula del infinito se deja escurrir entre piedras apedreadas por el sol". Abrazo a ambos. Alfredo Lemon

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  6. Gracias Sebastián por el poema de Huasi, me gustó mucho ese aire lúdico en el que vuelan sus imágenes y ese remate fantástico. Tu poema excelente y en contraste con el de Huasi, si bien en el primero uno se expande y casi vuela con las gaviotas, con el tuyo, por el contrario, se contrae en las raíces del miedo.
    Un abrazo

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