ESPERGESIA
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha...
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que mastico... Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.
Todos saben... Y no saben
que la luz es tísica,
y la Sombra gorda...
Y no saben que el Misterio sintetiza...
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las
Lindes.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.
© César Vallejo (Perú, 1892-1938)
HAGO LUGAR
Hago lugar
cada
cicatriz una batalla ganada al desencanto
una herida
en la piedra que me funda
un mapa que
atraviesa la sombra
del animal
que llevo
hago lugar
destierro
viejos sueños de arena
me despojo
de esta marejada que regresa
con sus
peces muertos
de estos
cadáveres con ojos ciegos
que se
cuelgan de mi
de todo lo
que abruma y me detiene
libre por
fin bailo en el viento
© Anamaría Mayol
Vallejo , sublime!!!
ResponderEliminartu poema es hermoso.
Haz siempre lugar a la palabra .
Gracias por traer a Vallejo y a tu poema, Anamaria, que invita bellamente a hacernos lugar y bailar al viento.
ResponderEliminar¡Qué buenas imágenes las de tu poema, Anamaría!
ResponderEliminarMe encantó leer este poema de Vallejo.
ResponderEliminarTu poema tiene la magia de poder bailar en el viente.
Ana Romano-
Maravilla. Gracias.
ResponderEliminarQué bueno recordar a Vallejo, una de las voces más potentes de nuestra Latinoamérica! Y tu poema Anamaría, haciéndole honor no se queda atrás! Belleza y fuerza en tus palabras, tus imágenes, tus metáforas. La libertad que trasmites nos hacen bailar, celebrar! Además muy justa la ilustración de Gustavo. Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias Ana María por recordar a este inigualable de la palabra con este poeta tan intenso. Y gracias por tu poema que es como un conjuro que libera para dejar fluir la alegría.
ResponderEliminarCariños
Juany Rojas
¡Gracias, Anamaría!<3
ResponderEliminarUn poema resiliente, hermoso. Gracias! Jime Cano
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