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21/6/20

Norma Starke recuerda a Han Yu



Todo resuena apenas se rompe el equilibrio de las
cosas. Los árboles y las yerbas son silenciosas, el viento
las agita y resuenan. El agua está callada, el aire la mueve
y resuena; las olas mugen, algo las oprime; la cascada se
precipita, le falta suelo; el lago hierve, algo lo calienta.
Son mudos los metales y las piedras, pero si algo los
golpea, resuenan. Así el hombre. Si habla, es que no puede
contenerse; si se emociona, canta; si sufre, se lamenta. Todo
lo que sale de su boca en forma de sonido se debe a una
ruptura de su equilibrio. El más perfecto de los sonidos
humanos es la palabra; la literatura, a su vez, es la forma
más perfecta de la palabra. Y así, cuando el equilibrio se
rompe, el cielo escoge entre los hombres a aquellos que son
más sensibles y los hace resonar.

© Han Yu
siglo VIII
(versión de Octavio Paz)



El regalo de Zoe

hay horas más difíciles ¿sabés?
Justifico entonces tantos cigarrillos
y hago que leo que escucho música
hago que  veo películas hago que tejo
hago que cocino  y amaso
y amaso estos panes que te dedico

cuando llega la noche busco la cruz del sur
y fumo y busco
y fumo
descaradamente fumo

entonces al no encontrar estrellas
me abrazo a  un pelouche que Zoe me regaló para dormir
un caballito marrón  claro y peludito como un Platero
pequeño como pequeña soy mirando hacia arriba
donde tal vez
no se muere así
no se muere
no

© Norma Starke

3 comentarios:

  1. Dos poetas dos poemas y tanto amor.
    Flora L.

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  2. un placer leerte Norma.
    Me encantó Han Yu.

    Gracias


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  3. No lo conocia a Han Yu: gracias!Y tu poema, tierno en la desolación. Abrazo, Inés Legarreta.

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