Alguien cae
desde un sueño
en un
secreto país donde el tiempo
no existe.
Vasta noche
de la inmensidad,
espacio de
sí,
ha
comenzado el viaje sin retorno
hacia su
propio nacimiento.
Quién lo
aguarda en los dominios
del fuego
que abomina de la luz?
Quién abrasará
su vértigo
hasta
convertirlo en relámpago?
Quién amará
la ternura de su vuelo
en las
fronteras de su brusco amanecer?
Alguien cae
desde un sueño
y es como
si un espejo infinito
descendiera
a los abismos del ser.
© Simón Kargieman
Nació en
1926.Publicó alrededor de 20 libros, algunos de ellos son: Tiempo de lágrima
Cerrada, Niño del Asombro, Antipoemas, Su Nombre es la Hierba, 27 Poemas,
Antipoema 14, El Círculo Inmóvil, América y Otros poemas, Acto de Fe, Ella y el
Amor, La Palabra Decisiva, Así Hablé con Zarathustra, Un Instante el Infinito,
Diálogos con Vincent Van Gogh, Memorias del Destierro.
Dirigió dos revistas literarias: Empresa
Poética y Poesía 2000 y coordinó un taller literario por 10 años. Fue amigo de
Alejandra Pizarnik y su casa de Belgrano fue centro de reunión de
poetas.Falleció el 14 de mayo de 2007.
LAS
ERAS
El
agua tocó las alas de los pájaros
(Ella
decía tu nombre por lo bajo
Llamaba
por debajo de los tiempos)
El
agua no entraba por los ojos
No
regaba las calles
(Ella
cantaba la canción de los frutos
y
extendía las manos)
El
agua comenzó a salpicar
los
corazones
Se
abría paso en las palabras
(Ella
ahora danzaba una música nueva
una
ola envolvente
un
manto de palomas reunidas)
El
agua convocaba a la ronda
Algunos
la escucharon
Fue
el tiempo donde se unieron
los
Antiguos y los Nuevos
Fue
la prolongación de las Eras Perdidas
donde
por fin…por fin… ¿por fin?
entramos..¿entraríamos…entraremos?
todos
en la Luz
© Irene Marks
Qué bueno recordar a Simón Kargieman. Creo que en 1986/87 publicó un número de Empresa Poética dedicado a Córdoba en el que tuvo la deferencia, gracias al poeta Julio Bepré, de incluirme. No lo conocí personalmente. No leí mucho de él. Tu poema Irene, con belleza sutil, nos envuelve en una danza donde la palabra y las imágenes se vuelven luz, vuelan, atraviesan, interrogan el tiempo y su futuro. Alfredo Lemon
ResponderEliminarHola Alfredo: gracias por tu comentario. Fui alumna de Simón Kargieman por 10 años en su taller literario. Allí se reunían grandes poetas que participaban del taller. Sí, con Bepré, con Ponzo, Iadarola y otros poetas participaban de Empresa Poética y también Poesía 2000.
ResponderEliminarCon él tengo una gran deuda espiritual. La muerte no separa a los poetas.
Gracias, Alfredo
por tus palabras
Irene Marks
Excepcional, ambas palabras. No más que los comentarios anteriores.
ResponderEliminarEs cierto, diría que la muerte no separa nada, y mucho menos, a los poetas.
He tenido muchas deudas, agradecimientos pendientes, como por ejemplo con vos, Irene. Pero era, y creo que siempre lo es, algo como una cuestión...inercial, física, y no del sentimiento. Gracias, por esto, y por lo anterior. Afectuoso saludo.
L. Vinci
Mil gracias por tu comentario
ResponderEliminarGracias, querida Irene Marks, por el poema de S. Kargieman, tu maestro, con su "espejo infinito" descendiendo "a los abismos del ser". Gracias también por tu poema, tan bello, tan luminoso y tan tuyo, que tan bien expresa tu sentir, ese que nunca pierde la esperanza de que "por fin... ¿por fin?/ entramos... ¿entraríamos?... ¿entraremos?/todos en la Luz". Gracias además a Gustavo Tisocco por esta entrega. Abrazo enorme, Elena S. Eyheremendy
ResponderEliminarIrene, hermoso homenaje, ambos poemas fantasticos, ricos, para leer una y otra vez
ResponderEliminarun abrazo Patricia Corrales
Gracias Elena y Patricia por sus generosos comentarios
ResponderEliminarBravo Execelente!!*
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