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1/6/20

Irene Marks recuerda a Simón Kargieman



Alguien cae desde un sueño
en un secreto país donde el tiempo
no existe.

Vasta noche de la inmensidad,
espacio de sí,
ha comenzado el viaje sin retorno
hacia su propio nacimiento.

Quién lo aguarda en los dominios
del fuego que abomina de la luz?

Quién abrasará su vértigo
hasta convertirlo en relámpago?

Quién amará la ternura de su vuelo
en las fronteras de su brusco amanecer?

Alguien cae desde un sueño
y es como si un espejo infinito
descendiera a los abismos del ser.

© Simón Kargieman

Nació en 1926.Publicó alrededor de 20 libros, algunos de ellos son: Tiempo de lágrima Cerrada, Niño del Asombro, Antipoemas, Su Nombre es la Hierba, 27 Poemas, Antipoema 14, El Círculo Inmóvil, América y Otros poemas, Acto de Fe, Ella y el Amor, La Palabra Decisiva, Así Hablé con Zarathustra, Un Instante el Infinito, Diálogos con Vincent Van Gogh, Memorias del Destierro.
 Dirigió dos revistas literarias: Empresa Poética y Poesía 2000 y coordinó un taller literario por 10 años. Fue amigo de Alejandra Pizarnik y su casa de Belgrano fue centro de reunión de poetas.Falleció el 14 de mayo de 2007.






LAS ERAS

El agua tocó las alas de los pájaros 
(Ella decía tu nombre por lo bajo 
Llamaba por debajo de los tiempos) 
El agua no entraba por los ojos 
No regaba las calles 
(Ella cantaba la canción de los frutos 
y extendía las manos) 
El agua comenzó a salpicar 
los corazones 
Se abría paso en las palabras 
(Ella ahora danzaba una música nueva 
una ola envolvente 
un manto de palomas reunidas) 
El agua convocaba a la ronda 
Algunos la escucharon 
Fue el tiempo donde se unieron 
los Antiguos y los Nuevos 
Fue la prolongación de las Eras Perdidas 
donde por fin…por fin… ¿por fin? 
entramos..¿entraríamos…entraremos? 
todos en la Luz 


© Irene Marks


8 comentarios:

  1. Qué bueno recordar a Simón Kargieman. Creo que en 1986/87 publicó un número de Empresa Poética dedicado a Córdoba en el que tuvo la deferencia, gracias al poeta Julio Bepré, de incluirme. No lo conocí personalmente. No leí mucho de él. Tu poema Irene, con belleza sutil, nos envuelve en una danza donde la palabra y las imágenes se vuelven luz, vuelan, atraviesan, interrogan el tiempo y su futuro. Alfredo Lemon

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  2. Hola Alfredo: gracias por tu comentario. Fui alumna de Simón Kargieman por 10 años en su taller literario. Allí se reunían grandes poetas que participaban del taller. Sí, con Bepré, con Ponzo, Iadarola y otros poetas participaban de Empresa Poética y también Poesía 2000.
    Con él tengo una gran deuda espiritual. La muerte no separa a los poetas.
    Gracias, Alfredo
    por tus palabras
    Irene Marks

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  3. Excepcional, ambas palabras. No más que los comentarios anteriores.
    Es cierto, diría que la muerte no separa nada, y mucho menos, a los poetas.
    He tenido muchas deudas, agradecimientos pendientes, como por ejemplo con vos, Irene. Pero era, y creo que siempre lo es, algo como una cuestión...inercial, física, y no del sentimiento. Gracias, por esto, y por lo anterior. Afectuoso saludo.
    L. Vinci

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  4. Gracias, querida Irene Marks, por el poema de S. Kargieman, tu maestro, con su "espejo infinito" descendiendo "a los abismos del ser". Gracias también por tu poema, tan bello, tan luminoso y tan tuyo, que tan bien expresa tu sentir, ese que nunca pierde la esperanza de que "por fin... ¿por fin?/ entramos... ¿entraríamos?... ¿entraremos?/todos en la Luz". Gracias además a Gustavo Tisocco por esta entrega. Abrazo enorme, Elena S. Eyheremendy

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  5. Irene, hermoso homenaje, ambos poemas fantasticos, ricos, para leer una y otra vez
    un abrazo Patricia Corrales

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  6. Gracias Elena y Patricia por sus generosos comentarios

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