Querido diario, dia 14 del estado de excepción
autoprotector y circunloquios de sabés qué orígen de miedos por los hijos.
Naturaleza natural nada intervenida por la insignificancia que somos, unas
gotas de sangre huarpe en Parque Chacabuco desde la tierra que eyectó al padre
y gringa pura de madre pudorosa de rezo íntimo y medalla milagrosa aferrada al
álamo junto a la acequia para que no me dejes caer señor y el joven que soñó el
violín en vuelo desde lo alto del adobe para posar sus plantas en el centro del
mundo donde la tierra habrá de quebrarse en grietas distintas a Santa Lucía en
la San Juan amada que ya no es.
© Alberto Oris
¿quién llora a los muertos?
A Jorge Rivelli
los muertos no lloran a los muertos
los muertos tienen la única misión de morir
de deshacerse en miles de partículas / en
polvo estelar
los poetas muertos se transforman en aves
migratorias
en letras como piedras que cuelgan de sus
picos
y acá / más abajo
los mortales aún no muertos
lloramos aquello que ya nunca más / podremos
abrazar
nosotros
los mortales aún no muertos / abrazamos con
codicia
el terroncito de vida que nos queda y vemos
en la partida / el arrebato de un instante tan inalcanzable
como el rayo verde al fin del sol
y lloramos la parte del otro que nos fue
arrebatada
lloramos nuestro hueco
los muertos no se lloran a sí mismos
y los muertos poetas se vuelven aves
migratorias
mientras la mano huesuda de Virgilio los lleva
a vuelo firme
al círculo perfecto que les toca
y alimenta el pico de los poetas muertos
para que no dejen nunca de cantar
© Gabriela Yocco
Gracias por el recuerdo de Alberto.
ResponderEliminarTu poesía, enorme como siempre, Gabriela.
Excelentes los dos textos; originales y a la vez tan universales que no pueden dejar de interpelar. Gracias. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarOris en su poesía tiene extraños ecos actuales (aparte de mucho amor pot el terruño). Tu poesía dialoga en perfecta armonía con el talentoso poeta ido.
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